El astrónomo Johannes Kepler pidió a Galileo un ejemplar de su pequeño libro Sidereus nuncios (El mensajero de las estrellas), de sólo veinticuatro páginas, en el que describe sus observaciones astronómicas con el telescopio. Y aunque Galileo ni siquiera le contestó, Kepler pudo hacerse con el ejemplar y construir en 1611 un telescopio mejor que el de Galileo ...
Fuente: Información y Actualidad Astronómica, Instituto de Astrofísica de Andalucía, CSIC. 11 julio, 2009