por Rubén HERRERO-ILLANA
En 1983, con el lanzamiento del telescopio espacial infrarrojo IRAS, se descubrió un nuevo tipo de galaxias que brillaban, en el rango infrarrojo del espectro, cientos e incluso miles de veces más que el resto de galaxias conocidas. Las teorías existentes hasta ese momento no eran capaces de explicar unas luminosidades tan extremas. Hoy conocemos con bastante detalle qué son y qué sucede en estas fuentes, denominadas galaxias luminosas en el infrarrojo, o LIRGs. Sabemos, por ejemplo, que tienen enormes cantidades tanto de gas molecular, material a partir del que se forman nuevas estrellas, como de polvo interestelar.
(Fuente: IAA: Información y Actualidad Astronómica_Instituto de Astrofísica de Andalucía_CSIC)26 septiembre 2015